La historia se centra en los hermanos Cano
(Doroteo y Cipriano), seguidores de Francisco Morazán (1792-1842), un hondureño
que luchó por la independencia y unificación de Centroamérica. Después de un
largo periodo, los Canos decidieron regresar a Ilamatepeque, a donde se
llevaron una gran sorpresa al ver el fatal Cambio del pueblo, dominado en ese
tiempo por el señor Gervasio Lázaro.
En poco tiempo los Canos hicieron de renombre en el poblado, se hablaba de
ellos con mucho respeto, ofrecían remedios caseros debido a la experiencia
obtenida, plantearon posibles reformas, y surgieron la fundación de la escuela,
acto que no fue visto por los jefes del pueblo, quienes respondieron con disgusto
a la sugerencia, ya que conocían sus ideas revolucionarias provocando que los
demás hermanos del pueblo se disgustaran con ésta creencia, se creía que las
ideas de los hermanos eran de origen revolucionario. Desde ese momento, los
entrañables hermanos Cano, fueron catalogados como “Brujos” y fueron acusados
de perturbar el orden conservador, al ejercer magia entre el pueblo y hacer
pacto con el demonio, injuriando que tenían la capacidad de convertirse en
animales para abusar de los pobladores, así como de “introducirle” tortugas a
sus enemigos para matarlos. Lastimosamente la ignorancia del pueblo eran tan
grande que los hermanos terminaron siendo enjuiciados y su precio fue el
fusilamiento debido a las acusaciones que para el pueblo eran reales mientras que
los hermanos lo que buscaban era seguir los ideales en los que creían tratando
de brindar educación a los pequeños y a los que no tenía la misma.
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